viernes, 13 de julio de 2012

No te aloques

El 20 de junio pasado mi niña más pequeña cumplió 14 años de edad. Como era de esperarse recibió varias felicitaciones y regalos de sus seres queridos. El más significativo regalo y la más hermosa felicitación la recibió de su amiga Milanda, una adolescente un año menor que ella. Esta, al percatarse de la fecha de cumpleaños de Adilni, pese a que viven a menos de 20 metros de distancia una de la otra, decidió felicitar a su amiga por escrito, de forma tal que perdure su buena voluntad, ingenua y profunda. Les confieso que cuando leí la carta me quedé sorprendido por la profundidad del mensaje. En la carta, Milanda escribe:"...felicidades por tu día. ¡Qué Dios te dé mucha vida y que te ayude en tus estudios y te hagas profesional para salir adelante para ayudar a tus padres y que ellos se sientan orgullosos de ti!".

La nobleza de ese deseo se expresa en el valor que Milanda le da  a Dios y a la  vida. Ese respeto a Dios y a la vida le producirán a Adilni alegría interior y armonía en el núcleo familiar y en la sociedad. El desarrollo personal y profesional mediante el estudio es el medio para el bienestar de ella y de sus padres, lo que hará una persona útil a su sociedad y esto la convertirá en un orgullo para sus progenitores y toda la comunidad.

La mejor de las amigas está tan clara en sus deseos que aconseja a la festejada con esta sentencia:" No te aloques". Prefiero no preguntarle qué le quiso expresar, pero probablemente Milanda se refiere a esa cantidad de adolescentes que inician las relaciones maritales a temprana edad, sin estar "preparadas y protegidas" para enfrentar  las consecuencias de un embarazo o una infección de trasmisión sexual, y que por vía de consecuencia  va a afectar su vida y su proceso de formación hasta alcanzar una profesión.Los embarazos en adolescentes son cada vez más frecuentes en nuestras escuelas. Así que la advertencia de no alocarse podría contribuir a la reducción de los embarazos  y las ITS  en adolescentes. De manera que gracias, Milanda, y  no te aloques, Adilni, para que puedas  recibir muchas felicitaciones en la vida.