miércoles, 16 de enero de 2013

Mujeres, inevitables



Cuando la joven escritora Hilma Contreras le envió  el borrador de un cuento suyo a Bosch para que éste le diera su opinión, él le respondió  más o menos, en éstos términos: " no sé quién eres pero te recomiendo que escribas de cualquier cosa, menos sobre el amor porque cada persona lo  entiende y vive a su manera. En tu alrededor hay muchos temas, escucha a los ancianos y a las personas humildes de tu comunidad".

Tenía mucha razón Bosch. Los ancianos y los más humildes tienen una acumulación de experiencias capaces de regalarle un nóbel a un artista de la imaginación y de las palabras. Aunque es difícil hablar de las mujeres sin que el amor contamine el escrito porque parece que mujer y amor es lo mismo, aquí va mi intento.

En mi infancia la única mujer que veía a cada hora era a mi madre. No tuve hermanas. En esa época vivíamos  en la ruta de la noria. Regularmente tenía la oportunidad de convivir con niñas que, al igual que yo, acudían a buscar el agua para los quehaceres domésticos y para el consumo familiar. Gracias  a esas compañeras de labores comencé a conocer el pensamiento  y la naturaleza femenina. Iban de todas las edades, siempre por la mañana. Las más adultas acudían por la tarde a darse un baño después de las labores domésticas y productivas. Incluso algunas se hacían acompañar de sus esposos, ocasionándoles algunas dificultades a las  que iban sin estos porque para bañarse había un único espacio. A veces tenían que esperar a cierta distancia  hasta que la pareja termine de bañarse. Más tarde mi roce social con las mujeres aumento por mis estudios en el Nivel Básico. Acudía a la escuela de la comunidad. Respetaba a mis compañeras como si estas  fueran las  hermanas que no tuve. Iba a primera hora  de la mañana porque, a veces, tenía que buscar el agua  de cocinar los alimentos o para mi maestra. Básicamente le busca agua y leña porque era parte de la responsabilidad mía en la familia. Ellas limpiaban la escuela. Los niños más grandes que yo tenían la responsabilidad productiva en la escuela y en la familia. Años más tarde  esas experiencias me servirían para mi vida de emigrante del campo a la ciudad, un fenómeno de movilidad social ascendente en esa época  en la República Dominicana, propio de las limitaciones de los servicios básicos en la zona rural. Dios me proporcionó como hogar una vivienda habitada por dos adultos mayores en la periferia urbana, con las mismas características de mi  realidad familiar. Inicié  la intermedia en compañía de quienes ni siquiera conocía. No tardé mucho  en quererlos como  al que más de mi familia. Imaginé  que con ellos viviría los últimos  seis años  de estudio  para graduarme de bachiller. Después  de dos años, mis padres  adquirieron una casita para que curse los cuatro grados restantes. Inseguridad, preocupación, dudas, eran mis compañías los primeros días de mi vida sin la presencia de una mujer en mi casa. A veces cocinaba, otras no, porque  recibía  la solidaridad  de mis mejores vecinas.Y no faltaron los días que me iba en blanco. Todo tiene sentido y nos deja una experiencia que contar.A veces solo falta un gesto, una disposición, un apoyo para dar el empuje que necesitas en la vida.No dejes de rodearte de gente maravillosa, que están ahí a tu alrededor listos para ejercer el rol que les toque.

Cinco mujeres  no son todas  de las cuales hay algo en mí, pero estas son la selección de la memoria para decir que todos somos creados, inundados, amados, protegidos, cuidados, salvados, convertidos en mejores personas, por la existencia e influencia de ese ser maravilloso. Madre, amigas, hijas, esposa, ¿hermanas? Mujeres, inevitables, necesarias, indispensables, purificadoras del alma, garantía  y continuidad de  la vida. Mujeres.

viernes, 4 de enero de 2013

La Educación: un producto multifactorial.


Bruce Fuller dijo que hay cinco aspectos o elementos que influyen en el resultado de la actividad educativa. Según él, la capacitación de los recursos humanos, la disponibilidad de biblioteca, el acceso a la tecnología, la planta física y mobiliario y, por último, el currículo, son determinantes fundamentales para que se dé una buena educación.

 La capacitación de los docentes deberá tomar en cuenta no solo  el perfil profesional de este, sino también características personales necesarias para un buen desempeño como educador, sin que esto signifique una discriminación a los que tengan alguna discapacidad. De hecho en las aulas, hoy día, hay una gran cantidad de docentes con la mayor de las discapacidades: la intelectual/profesional. La evaluación de los bachilleres, los técnicos y los profesionales egresados de nuestros centros educativos es un espejo de la competencia profesional de nuestros educadores. La mejora en  las prácticas pedagógicas es una necesidad. La mayoría de profesores limita su trabajo a lograr que los estudiantes hagan la transcripción, a veces parcial,  y  estudio de los contenidos que están en los libros de texto que proporciona el Ministerio. Eso me hace ver con simpatía la propuesta del presidente Medina de traer formadores de otras latitudes para que en lugar de educadores tradicionales y reactivos tengamos profesores competentes, modernos, proactivos,  facilitadores de procesos, que apoyan la construcción de conocimientos. La formación docente debe ser permanente, con un enfoque moderno que renueve los conocimientos  e inserte al maestro en la dinámica tecnológica de hoy día.

La biblioteca es de capital importancia porque la escuela tiene el rol de inducir al estudiante a la investigación y la lectura para ponerlo en contacto con el mundo intelectual. En la actualidad este bien es un privilegio privativo de muy pocas escuelas y las que tienen una biblioteca muchas veces funcionan como un “almacén” de libros que la última vez que le pusieron las manos fue el día que la instalaron.Fui bibliotecario, como García Márquez, y en semanas el único lector que tenía la Biblioteca Parroquial era yo.

La tecnología es, en la actualidad, a la educación lo que son los árboles a las aves, un medio indispensable. Ya la pizarra, la tiza y el libro impreso no deberían tener el protagonismo para la educación que tenían  la leña, el burro y la yunta de bueyes para cocer los alimentos, el transporte y la agricultura, respectivamente, hasta finales del siglo XX. El computador, el proyector de imágenes, el dominio de programas informáticos, el acceso a la Internet cada día se hace más necesario en la labor docente.

No es posible educación de calidad con techos inseguros, sobre poblados y con mobiliario escaso y destartalado. Para pensar y producir conocimiento se necesita tranquilidad. La mejora de la planta física y el suministro de mobiliario adecuado influye positivamente en el proceso educativo.Es usual encontrar una sección de 50 ó 60 estudiantes en un aula con capacidad para unos 30 alumnos.

El currículo es, junto a la capacitación y selección de los recursos humanos, uno de los ejes centrales de la educación porque de su diseño depende el producto de la acción educativa. El perfil del bachiller, del técnico, del profesional egresado de de nuestros centros educativos es el resultado del currículo aplicado por el Sistema Educativo Dominicano, en todos sus niveles. El re diseño de la educación dominicana tiene que comenzar con una profunda revisión de este para evaluar el nivel de profundización, la calidad, la cantidad y la pertinencia de los contenidos por  áreas o carreras.

En mi opinión, en esta lista de Fuller habría que incluir el contexto sociocultural, el salario y la nutrición como elementos muy importantes a la hora de evaluar los resultados de un sistema educativo. La integración de la comunidad al proceso educativo, la motivación del docente y la garantía de la alimentación de los estudiantes son claves en el cumplimiento de la carga horaria, el currículo, la conservación y protección de los recursos de la educación y habrá mejores resultados del año escolar, expresados en menos repitencia, menos deserción y menos conflictos escolares.

En sentido general nuestras escuelas deben mejorar la atención a los diferentes ritmos de aprendizaje, la relaciones interpersonales, la ambientación y organización de la clase, la selección de los métodos y los recursos de enseñanza, la vinculación de los contenidos curriculares con el contexto, la cantidad, la calidad y la profundización de los contenidos impartidos, la forma de evaluar porque la que se hace es una actividad casi exclusiva del maestro, el sistema de información y, por último, el cumplimiento de la carga horaria.
En definitiva la educación es un producto social en la que inciden distintos determinantes que conjugados entre sí afectan el resultado de forma positiva o negativa. La nuestra necesita de una transformación trascendental para que sus productos respondan a los requerimientos del contexto nacional e internacional. ¿A cuántos de ustedes se les habrá presentado un/una joven recién graduado/a solicitándoles trabajo y cuando les preguntan qué tú sabes hacer la respuesta inmediata es una sonrisa tímida para a seguidas decir “cualquier cosa”? No es posible continuar graduando a personas que sepan hacer “cualquier cosa o de todo”.