viernes, 25 de octubre de 2013

Hacia un mundo sin pobreza

Hacia un mundo sin pobreza es el título del último libro que he leído, escrito por Muhammad Yunus. Es un ensayo explicativo de la creación y desarrollo del banco Grameen en Bangladesh y que hoy día tiene oficinas en más de sesenta países, incluida la República Dominicana.
Una aproximación al concepto de pobreza es la definición que da Yunus de esta como “la incapacidad que tienen algunas personas para cuidar de sí mismas  y satisfacer sus necesidades básicas”. Las razones  de la pobreza son múltiples y tienen diversas explicaciones  e implicaciones: políticas, sociales, económicas, las que en esencia se reducen a la carencia de capital que tienen determinados sujetos para desarrollarse y cumplir satisfactoriamente con las necesidades y obligaciones que demanda su ciclo de vida.
El Grameen surgió como una alternativa de acceso al micro crédito  de aquellas personas  que no podían accesar a préstamos de la banca comercial por carecer de la más mínima garantía. Con esta iniciativa Yunus  no solo demostró que los pobres sí pagan y que el capital, asociado al trabajo y al capital humano, es la única herramienta eficaz  para combatir la pobreza, sino que, además, el micro crédito es una fuerza a favor del cambio, no solo económico y personal, sino también político y social. Yunus ha contribuido a reducir la brecha  entre las teorías universitarias y la realidad y su banco ha financiado actividades económicas  que jamás la gente pensó que estas podían ser convertidas en la base del sustento familiar. Un ejemplo  es el caso de una mujer que se dedicaba a hacer cuentos en los velatorios del barrio y esa actividad fue financiada para ser llevada  a otros sectores  porque era lo “único” que ella sabía hacer y hoy día la mujer vive del cuento y recibe contratos internacionales para divertir a la gente en los momentos más tristes de su vida.
 Financiar la actividad económica del pobre es una decisión de vida o muerte. Dos mil pesos pueden ser el inicio del camino hacia el éxito o el fracaso de una persona. La historia de Pramila que nos cuenta el autor en su libro debería ser leída en cada familia. Pramila fue una mujer que entre  1971 y 1992 obtuvo varios préstamos que oscilaban entre cincuenta y cien dólares, los que tuvo que invertir en gastos de salud, reconstrucción de la vivienda, destruida por dos incendios y una inundación, y sus cultivos fueron azotados varias veces por las tormentas. Pese a todos esos eventos adversos obtuvo un nuevo préstamo para reactivar su micro empresa agrícola.  Hoy día es una empresaria agrícola próspera que posee y arrienda tierra para la siembra.
Por años nos han dicho que la pobreza es producto del crecimiento demográfico desproporcionado. No puede ser, por naturaleza, un problema el nacimiento de un niño. El problema es la incapacidad del Estado para dar respuesta a las necesidades de desarrollo de sus ciudadanos y esa  posibilidad de la nueva criatura viene dada por la oportunidad que tuvieron sus progenitores  veinte años antes  de que esta naciera. Es una incapacidad  para satisfacer las necesidades de desarrollo que se transfiere de generación en generación y que , con el tiempo,  lo único que cambia  es la cantidad  de ciudadanos insatisfechos  y, con ello, los efectos  que genera la pobreza  en la sociedad, expresados en  delincuencia, violencia, hambre, insalubridad, analfabetismo desempleo, desorden, caos, crimen.

Las universidades que forman los nuevos teóricos de la economía y el desarrollo deberían enviar a esos futuros profesionales a su comunidad natal para que hagan  un diagnóstico real de esta  y con la información de cuántas familias pobres hay, qué recursos tienen, qué habilidades tienen las personas, cuáles actividades económicas  realizan, cuál es su perspectiva y los posibles proyectos productivos, así como las brechas de financiamiento para que  con esas informaciones los estudiantes elaboren propuestas que sirvan como iniciativas novedosas y concretas para lograr un  mundo sin pobreza. En una palabra hacer que el conocimiento teórico sea convertido en acciones prácticas, en productos concretos y utilidades para los sujetos. Las teorías económicas tienen una explicación humana en cada  familia, en cada comunidad.