sábado, 24 de febrero de 2018

A eso aspiro yo

En esta semana leí un escrito de César Medina en su columna habitual del Listín Diario dando cuenta de una carta de una de sus asiduos lectores. Entre sus líneas encontré esta joya: “Fernández no se va del PLD, ni motivará una división. Al contrario, nos confesó que en las reuniones con su equipo de trabajo se fomenta la unidad, el respeto y la colaboración de todos para que el presidente Medina continúe realizando un buen gobierno. Apuesta por el buen juicio y la unidad. Todo su interés radica en promover una cultura de progreso, innovación en políticas públicas, afianzamiento del Estado de derecho y seguridad jurídica, inversión local y extranjera, en fin, un verdadero abanico integral de oportunidades para nuestro país. “Solo lo veía por televisión y prensa desde la última campaña. No ha perdido su encanto de caballero, generosidad y decencia. Eso sí, noté a un Leonel diferente, relajado, confiado, decidido y frontal. Les confieso que me cautivó nuevamente, y parece que al resto de los convocados también”.
En mi última entrega por este medio escribí: “Para Leonel se presentan tres situaciones. La primera que tiene que decidir es si por algún mecanismo  Danilo Medina se decidiera a habilitarse para el proceso venidero qué hará: ceder el paso o competir. Creo que competirá y debe competir para sincerizar su espacio en el mercado electoral dominicano, cuyos resultados le servirán para el próximo paso: apoyar al vencedor en su organización política o enfrentar al candidato, al estilo de Álvaro Uribe en Colombia o Rafael Correa en Ecuador. Aprendí muchas frases de mi madre, una de las que más me encantan es la que reza así: “el chivo que brinca se garrancha”. Otra decisión importante para Leonel es decidir si valorar el posicionamiento de Margarita, su esposa, y apoyar una aspiración suya a la Presidencia de la República y con ello podría  evitar un enfrentamiento duro entre su sector y el del presidente Medina, además de que la población la vería a ella como una oferta más fresca. Y, por último, como presidente del partido, ser un árbitro del proceso de selección del candidato de la organización que dirige. Esta última posición es la más remota de las tres porque es como pedirle a un gallero que no apueste a su gallo y nadie es totalmente imparcial.
Veo con preocupación voces alrededor de los dos presidentes con un discurso encendido, como el atizador de las llamas de una paila de arepa con la concha y el concón quemado, con un saco  lleno  de tusas  para verterlas sobre  el burén.
Quienes así actúan tienen sus problemas resueltos, les harán falta algunos privilegios pero podrán beber el vino que quieran,  volar a Dubái cuantas veces deseen y pagar los estudios de sus hijos en Harvard o en Oxford. Su accionar responde a íntimos intereses sin pensar en 350 mil empleados públicos, con más de 15 años de servicio al Estado, que podrían perder su posibilidad de ganarse una jubilación al completar lo que establece la Ley  de Función Pública 41-08. Si, porque, aunque muchos de esos servidores públicos ya son de carrera, aquí hay entidades y administraciones políticas que ellos son la Ley, pero en oposición predican que aspiran a que se respete.
Y digo eso por mi experiencia. En el 1999 inicié mis estudios en Atención Primaria y eso me valió para que otra persona y yo representásemos a la Región VI en un "Seminario Internacional sobre el Nuevo Modelo de Atención”. En ese evento en Costa Rica participamos 7 personas representando a la SESPAS, hoy Ministerio de Salud Pública. En el 2000 el PLD perdió las elecciones y uno de mis compañeros de viaje pasó a dirigir el FONAP en la nueva administración y a mí me eligieron miembro del Comité Técnico que evaluaría las propuestas a nivel nacional para los sub-proyectos  que presentaran las instituciones concursantes para conformar y gestionar los Equipos de Salud Familiar (ESAF), luego UNAP, hoy CPN.
Una vez fueron evaluadas las propuestas de las ONG concursantes a nivel nacional e instalados los sub- proyectos fui cancelado, pese a que tenía una designación por el Poder Ejecutivo. Se declaro mi tarjeta incierta y con los fondos de ella se crearon dos nuevos empleos. Es de justicia decir que recibí el reconocimiento de funcionarios de alta jerarquía en el nivel regional y nacional. El ex secretario, Dr. José Rodríguez Soldevilla, me lo explicó después con estas palabras: “Secundino, no tuve alternativa, ellas y él me dijeron que no salían de mi despacho sin la carta con tu cancelación, y como sabes soy un político y tengo aspiraciones”. Me lo dijo en presencia de un amigo suyo de esta localidad. Así fue, pese a que la carta, que conservo como parte de mi expediente,  fue generada en presencia de los solicitantes el día 20 de febrero del 2001 me fue entregada el día 5 de marzo, y cuando se supo de la separación de mi puesto un sector del PLD hizo una fiesta porque “ya todos estábamos igual”, cancelados.
Y nada garantiza que será diferente si por una cuestión de luchas de sectores  internos el PLD pierde las elecciones del 2020. Soy un miembro del PLD, tengo 35 años de militancia, la única que he tenido, el perfil de político que me gusta es el de Leonel, valoro la brillante gestión del presidente Medina, me cautiva Margarita pero, como no es posible tenerlos a los tres de presidentes a la vez, prefiero un gobierno del PLD, es a lo único a que aspiro porque una nueva administración morada me permitiría irme con tranquilidad a Hato Viejo a descansar, con una jubilación ganada como servidor público en dos ministerios del Estado, en los que ya he trabajado 22 años,  en el MINERD, y 20 años, en el MSP, sumados 4 años que laboré como docente voluntario en el proyecto de liceo para el que trabajo hoy día. Eso equivale a decir que he trabajado para el Estado desde los 6 años de edad. 




domingo, 18 de febrero de 2018

El 20 dirá

A poco más de dos años de las elecciones nacionales ya se pueden visualizar escenarios posibles. Las encuestas que se han realizado hasta la fecha presentan al PLD en un cómodo primer lugar y al PRM también en un cómodo segundo lugar. El partido de Bosch en algunas encuestas hasta duplica a su más cercano competidor y la joven organización de la oposición, de paternidad colegiada, triplica a sus colegas. El PRD y el PRSC no dan señales claras de que se presentarán con propuestas propias, el partido de Peña Gómez tiene una sola figura visible, Miguel Vargas Maldonado, y en el de Balaguer se observa cierto liderazgo en Federico Antún Batlle, el senador José  Hazim Frappier y el diputado Víctor Bisono. En ambos partidos los liderazgos tienen inclinaciones públicas o privadas al PLD o al PRM, razón por la que en este escrito no serán vistos como opción de poder y no analizaré ese escenario.
Para el PLD las elecciones del 2020 tendrán una gran significación porque definirán varios aspectos que determinarán si esa organización continuara siendo la primera y una institución política fuerte que sustenta el sistema de partidos en la República Dominicana o si, por el contrario,  elige agrietarse y, de paso, llevarse consigo la institucionalidad partidaria del país. Sí, porque quienes juegan a la división del PLD no se detienen a pensar en que están jugando al debilitamiento de la única organización que ha sobrevivido a las divisiones en los últimos tiempos.
En todos los estudios de opinión el presidente Medina, Leonel y Margarita encabezan los resultados. Eso quiere decir que, al momento de este escrito, el Presidente del  país para el 2020 es un peledeista. En el caso del señor Presidente hay un impedimento constitucional. En la reforma a la Constitución votada el 13 de junio del 2015 se estableció una disposición transitoria que reza  así: “Vigésima: En el caso de que el Presidente de la República correspondiente al período constitucional 2012-2016 sea candidato al mismo cargo para el período constitucional 2016-2020, no podrá presentarse para el siguiente período ni a ningún otro período, así como tampoco a la Vicepresidencia de la República”. Pero eso no está escrito con tinta china como dicen en mi campo, la democracia tiene los mecanismos para que  la población decida si quiere mantener ese impedimento o, si por el contrario, quiere que el actual mandatario se presente a un tercer periodo consecutivo. Si se mantiene el impedimento habrá que ver entonces cuál será la actitud de Danilo Medina, ¿apoyará a un aspirante de su sector dentro del partido o será neutral? Una posición neutral del Presidente sería un apoyo indirecto a Leonel Fernández porque  de sus oponentes internos   ninguno alcanza un 20% en las encuestas y todos juntos no llegan a un 30%. El apoyo de Medina a uno de su entorno haría la competencia interna más reñida, pero de todas formas triunfaría el presidente Fernández, según el mercado de opinión, entonces no sería inteligente por parte del mandatario exponerse porque no dirán que el precandidato fue derrotado por Leonel, sino Medina.
Para Leonel se presentan cuatro situaciones. La primera que tiene que decidir es si por algún mecanismo  Danilo Medina se decidiera a habilitarse para el proceso venidero qué hará: ceder el paso o competir. Creo que competirá y debe competir para sincerizar su espacio en el mercado electoral dominicano, cuyos resultados le servirán para el próximo paso: apoyar al vencedor en su organización política o enfrentar al candidato, al estilo de Álvaro Uribe en Colombia o Rafael Correa en Ecuador.  Y, aunque aprendí de mi madre que “el chivo que brinca se garrancha”, no se debe descartar esta posibilidad porque las elecciones del 2020 sellarán la vigencia o liquidación de uno de los dos grandes líderes del PLD porque la discusión no es solo por la Presidencia de la República, también se trata de decidir quién es el que reparte los sobresitos para la reestructuración del partido de Bosch. Ya hemos visto que quien administra el presupuesto nacional tiene ganancia de causa en los procesos internos del partido de gobierno.Otra decisión importante para Leonel es decidir si valorar el posicionamiento de Margarita, su esposa, y apoyar una aspiración suya a la Presidencia de la República y con ello podría  evitar un enfrentamiento duro entre su sector y el del presidente Medina, además de que la población la vería a ella como una oferta más fresca. Y, por último, como presidente del partido, ser un árbitro del proceso de selección del candidato de la organización que dirige. Esta última posición es la más remota de las cuatro porque es como pedirle a un gallero que no apueste a su gallo y nadie es totalmente imparcial. Desde mi óptica Leonel está conminado a presentarse como candidato para la contienda del 20 porque de no hacerlo se convertirá en un general sin tropa y perderá el espacio alcanzado en su carrera política por no haber servido de muro de contención contra  esa avalancha que amenaza con herir de gravedad la democracia dominicana. 
Margarita Cedeño tiene la dicha y la desdicha de ser la esposa de Leonel, y la ficha de ella se mueve de acuerdo al movimiento de la de su esposo. Ha brillado con luz propia, nadie le ha regalado nada, se ha posicionado por su gran labor, primero como dama y segundo como vice, lo que demuestra que es por ella y no por el rol, y si alguien tiene dudas que evalúe otras/os en la misma posición.
En fin, el PLD tiene en sus manos la victoria o la derrota.
El PRM es la otra opción de poder visible para el 2020. Es una estructura joven, pese a ello hoy se publicó un estudio en el que uno de los hallazgos es que la oposición dominicana esta desfasada.

Hipólito Mejía, Luis Abinader y David Collado parecen ser los competidores internos para las próximas elecciones. Mejía carga en sus hombros los estragos de su gobierno y un discurso fuera de tiempo. Abinader no tiene chispa y su  discurso no prende, así que no se sorprendan si el alcalde del Distrito Nacional le rebasa llegando a la curvita de Simón Alfonso Pemberton.