sábado, 30 de mayo de 2020

La educación nocturna en tiempos de COVID-19



A mediado del año de 1992 el Dr. Paulino Lorenzo Lorenzo, que es un emprendedor convencido de que solo se progresa a través de la educación, entre varias ideas que le vienen a la cabeza me planteo que creásemos un liceo nocturno, lo que me pareció una buena idea, lo hable con Padre Tomas y Padre Guillermo y les pareció bien. El domingo de esa semana se hizo el anuncio en la misa de que las inscripciones para cursar el bachillerato de noche estaban abiertas. En septiembre iniciamos el primero con 4 estudiantes y Paulino Lorenzo consiguió con Cesáreo Ramón, paz, quien fue un gran soporte para echar adelante la iniciativa, que los inscribiera en el liceo Gastón F. Deligne en condición de estudiantes libres para fines oficiales. Así se inició el liceo nocturno Gastón F. Deligne   como una alternativa de estudio para los hombres y mujeres de este municipio que interrumpieron el bachillerato porque se han integrado a la vida productiva, se han casado, o han asumido cualquier otra responsabilidad de la vida adulta y que no pueden ser admitidos en los otros centros del mismo nivel que funcionan aquí, porque solo ofertan oportunidad de estudio en las tandas matutina y vespertina.









En el año 1996 fue oficializado centro de estudios del Nivel Medio en la modalidad de Media General, hoy día,  Modalidad Académica.
         En él estudian  amas de casa,  domésticas,  moto conchos,  chiriperos,  pepeseras  y  no ha faltado una que otra trabajadora sexual. En una misma aula se han juntado la abuela, la madre y el hijo para terminar la educación media, luego de haberla abandonado hasta por 40 años. En un aula, a veces, se puede presentar una situación tan compleja que pueden coincidir en la misma sección las dos parejas, el esposo, el ex esposo, la ex esposa, que se a su vez tienen hijos  y los conflictos e intereses que esto genera, ya sea por manutención, por celos, por comunidad de bienes. En ese contexto transcurre la docencia en el liceo nocturno Gastón F. Deligne, que no hay que ser un cientista social para saber que es un escenario en el que se producen conflictos frecuentes y los que el docente tiene que manejar para que se produzca un equilibrio y la armonía necesaria, que permitan la producción de los aprendizajes esperados.
 A la compleja realidad de la matrícula de las escuelas nocturnas hoy, además de las características  descritas en el párrafo anterior, se les suma que es alimentada por la presencia de inmigrantes haitianos, en algunos casos con documentos incompletos y sin el permiso de residencia en territorio dominicano.
Si se le hace una prueba de nivel a la matrícula de las escuelas nocturnas del Nivel Medio no aprueban el 4to. grado del Nivel Primario, al menos en las asignaturas objeto de Pruebas Nacionales.
Ese panorama sombrío se complica ahora en tiempos del COVID-19 para la educación nocturna. Primero porque la llamada “República Digital” no alcanza a los estudiantes ni a los docentes que laboramos en escuelas nocturnas. Segundo porque la matrícula de esos centros educativos está alimentada por gente que no tiene garantizada la comida y mucho menos podrán tener un celular inteligente con acceso a internet, de hecho las tareas complementarias en línea para terminar el año escolar 2019-2020 las realizaron de 5 a 10 estudiantes por sección porque los demás no tienen ni celular inteligente y los que disponen de un equipo no tienen cobertura de internet. Tercero porque la cobertura de internet en la provincia de por si es limitada. Hoy fui a visitar una familia amiga en Sabana Mula y para llamar o responder hay que ubicarse en puntos específicos, imagínense una clase por Zoom, Skype, FB live, WhatsApp. Lo lindo de eso es que probablemente los estudiantes tengan mayor dominio de esas herramientas que sus docentes, solo que no tienen acceso a ellas por su condición económica. Y lo digo por mi, cada vez que tengo un evento en línea tiene que auxiliarme Adilni porque o introduje el código, contraseña o un número mal, o porque tengo el micrófono apagado. Si algo habrá positivo del COVID-19 será que, definitivamente, los profesores tendrán que familiarizarse con el uso de las TICS en su tarea docente.
El MINERD tendrá que repensar las alternativas disponibles para dar respuesta a cada situación, no hay una forma uniforme, hay que ir a los territorios y explorar alternativas ante las dificultades de cobertura, infraestructura,  espacios y una tecnología apropiada para evitar las clases presenciales. Parece que las guías teóricas y prácticas impresas serán herramientas necesarias para territorios con escasa cobertura telefónica e internet.