sábado, 13 de marzo de 2021

Agujereada

 El día que la violaron Corporina sintió ganas de ir al baño y no tuvo juicio para darse cuenta de que la estaban acechando. Eran tiempos difíciles, hacía frío, el huracán Noel estaba en su buena, la gente no podía salir a buscar qué comer. Ella acostumbraba ir a donde el vecino, comía de lo que él cocinaba y con los centavos que él le daba iba al colmado  a comprar chuchería. La adolescente veía en Bembita un familiar del que no esperaba ningún daño, estaba feliz porque él le había prometido un regalo,  sin imaginar que ese día lo iba a recordar para el resto de su vida. 

Corporina es una joven de porte alto, delgada, con una sonrisa a flor de labios, de gustos variados  en el comer y baila hasta dentro de un saco con la boca amarrada. Un día se dio una jartura de maní que le dio churria y Bembita al verla deshidratada la cargó en brazos y la llevó al médico porque si esperaba a que llegasen los familiares del conuco y el mercado se iba a morir.

-¿ Qué es usted de ella? -preguntó el médico de emergemcia.

-Soy su tío -respondió Bembita.

-¿ Cómo es su nombre?

-¿ El de ella o el mío? - preguntó  Bembita.

- El de ella primero - contestó Estanilao.

- Se llama Corporina y el mío es Bembita.

¿ Y su apellido? - preguntó el médico.

- No tengo - respondió  Bembita.

¿ Y los apellidos de la paciente? 

- No me lo sé - respondió Bembita.

Estanilao escribió en la hoja de Ingreso e Historia Clínica el nombre completo de ambos: Corporina Nomelosé, en el campo del nombre del paciente y Bembita Notengo ei

n el campo del padre, tutor o a quién llamar. Y completó los demás datos que pide ese instrumento.

En realidad el nombre de Bembita es Sinforoso Alquilado pero no lo quiso dar porque ese nombre le había traído muchos problemas con los jóvenes del barrio. La burla de estos era tan divertida que tenían una forma de apagar la luz del sector para esconderse a vocearle: "morirás  Alquilado". Bembita nunca entendió que los jóvenes solo le recordaban su apellido y solo pensaba en que ellos le estaban echando una maldición para que nunca tenga una casa propia. El día que cogió cuerda firmó su perdición con un bando de muchachos sin oficio.

- Tengo que ingresar a Corporina, está muy deshidratada - dijo el doctor Estanilao.

Transcurrieron como seis horas antes de que llegara la tía que estaba criando a Corporina. Desde que se calmó le dijo a Bembita que a partir de ese día el era todo para esa niña, que ella pasaba mucho trabajo cuando tenía que salir porque no encontraba quién le echara el ojo a su sobrina.

¡ Señor, tú si eres grande!  - exclamó Sergia.

Al día siguiente Bembita regresó al hospital para preguntar cómo iba la salud de Corporina  y a su llegada la enfermera de turno le preguntó el parentesco suyo con la adolescente.  Estanilao que se encontraba en el pasillo esperando la hora de entrega de guardia escuchó cuando Bembita le dijo a Chicha que la paciente era su ahijada. El doctor, aunque no hizo ningún comentario, le pareció sospechoso que el ahora padrino esté tan preocupado por la salud de la adolescente. Hizo la entrega de guardia y se marchó, tenía 48 horas de servicio porque cambió el turno siguiente por un compromiso familiar y no había quién lo reemplace.

Al día siguiente Estanilao volvió al centro de salud y presenció el alta médica de Corporina. Sergia acudió al hospital de Quijá Quieta acompañada de Bembita pero el médico le pidió a este que salga un momento porque los pacientes necesitan privacidad y solo aceptaba a la madre o tutora en sala para explicarle la condición de salud de Corporina y, entre otras cosas, le preguntó a la tía cuál es el vínculo familiar entre Bembita y la paciente. El médico de servicio había notado que pese a que Corporina se había hidratado bien presentaba un cuadro depresivo. Sergia insultó al doctor Alegría porque este le tocó el tema del cuidado que deben  tener los padres con la relación y el cuido de adultos del entorno familiar con niños y adolescentes.

- Bembita es todo para mi sobrina - dijo  Sergia. 

Sergia continuó su rutina y le confiaba la joven a Bembita para que se la vigile hasta que un día Corporina llegó de la escuela con unos cambios humorales que la hacían distinta a la adolescente  alegre y jovial del barrio. Todos en el Caobal estaban sorprendidos de la actitud de la reina del sector.

- Eso es que se está formando - dijo una vecina.

- Ya se cree una mujercita - respondió una joven mayor que siempre le ha molestado la forma de la adolescente.

El sábado cuando Sergia regresó de vender chuchería en el mercado encontró a Corporina  llorando y le preguntó que qué tenía.

- Bembita intentó besarme y ya no soporté más, él esperaba que tú salgas para hacer lo que quisiera de mí -le dijo a la tía.

Sergia dudó de Corporina y defendió la honorabilidad del vecino abusador.

- Mira a ver qué es lo que tú estás haciendo porque Bembita no es hombre de eso, buena ingrata, tanto que te ha cuidado - le dijo a su sobrina. Esta no dijo una palabra más, se volvió un mar de lágrimas, al día siguiente no comió, mas soportó la burla de su verdugo quien la re victimizaba diciéndole que a ella no le iban a creer lo que decía. Pensó en el suicidio pero había asistido una charla y le habían hablado del valor de la vida. Eso la motivó a intentar otra solución. La tía continuaba profundizando su sufrimiento, tú lo que estás es loca, te llevaré para el 28,  le decía.

Desde que amaneció Corporina se fue a la parada de Cañada Grande y le mandó a decir a Clemo que lo quería ver porque estaba atravesando una situación que si seguía así la iban a perder. El jueves Clemo ensilló una bestia bermeja que tenía y arrancó para el pueblo tempranito, con el canto del gallo, y llegó a la casa de Sergia antes de salir el sol. Era el día que la prensa nacional anunciaba el nacimiento de una niña a la misma hora que sepultaban a su padre asesinado por quienes tenían como deber proteger la vida  de él y la de todos sus paisanos. Clemo montó su muchacha en el anca de su bestia y  la llevó a examinar para saber si un maldito le había hecho daño. 

-Porque yo con este machete me deglacio con cualquiela por mi hija, dijo el campesino que ya la comunidad lo había acogido como si fuese un nativo de esa tierra por el buen nombre que había sembrado en los 30 años  que tiene viviendo en Cañada Grande.

Tenía razón Jean Paul Saltre  que en  el hecho de que la mujer esté agujereada ve implicaciones existenciales que comprometen toda su vida. Y efectivamente, se consumó el crimen, cuando Chente le hizo el tacto ya Corporina estaba agujereada. 

Bembita desaparareció y el día que lo apresaron solo atinó a decir:

-¿ Qué hora es? Uno paga por lo que hace.