miércoles, 27 de julio de 2016

En la acera.

Hoy es uno de esos días en los que uno reafirma su posición frente a un aspecto de la vida.
He publicado varios comentarios diciendo que, una vez me jubile en el Estado como servidor público que soy, vuelvo a mi natal Hato Viejo. Mis cercanos me acusan de estar loco por querer regresar al área rural, porque con ello me alejo de la "civilización". Me consideran anticuado y asocian mis instintos a la barbarie.
¿ Civilización de qué?. Hoy, como cada día que puedo, acompañé a  mis dos hijas al Metro, es una experiencia interesante porque son horarios diferentes y hago la ruta a pie y puedo ver cómo vive y se comporta la gente en la ciudad. Si eres un peatón no tienes ningún derecho, el taller repara los equipos y maquinarias en la acera, el constructor deposita los materiales en la acera, el conductor estaciona su vehículo en la acera, el vendedor ambulante posa su triciclo en la acera, parece que hay un acuerdo para que los colmados, centros de bebidas y negocios extiendan su actividad comercial hasta la calle, el Amet no le preocupa que el peatón tenga 15 minutos en la acera,corres entre los vehículos para cruzar la calle y te encuentras con una motocicleta en la acera, muchas veces guiadas por quienes tienen que evitarlo.
Cuando circulas por la cuidad en un vehículo, puedes llevarte una hoja y un lápiz si quieres escribir un nuevo diccionario de la lengua. El idioma dominicano de Santo Domingo tiene un vocabulario muy colorido. Es fácil escuchar en una intersección, en un semáforo, o en cualquier parte que haya mas de una persona, expresiones como estas: m.g., s.t.m, h.l.g.p., c.p.,c., h.d.c.
Pero no se queda ahí. Una de esas personas que se colocan en la acera para buscar el sustento de la familia es una señora maravillosa que me vende el café cuando acompaño a mis hijas al Metro. Cuando pasan muchos días que no me ve le pregunta a la menor de mis hijas por mí. Eso refuerza mi convicción de que la amistad con gente humilde es mas placentera para mí que tenerla con gente de "importancia". Fuí a saludarla y a darle las gracias por el saludo que me envió mientras estaba en Comendador. Como de costumbre me adelanté y le extendí la mano para estrechar la suya, de repente un señor que nunca había visto se adelantó y estrechó mi mano, diciendo la siguiente expresión: " los hombres primero". Eso y el riesgo que corrí de ser chocado por un guardia en una motocicleta en la acera me hizo pensar que somos una sociedad del siglo 21 con pensamiento y conducta primitiva, quizás nos parecemos a una sociedad de antes de la imprenta y la aparición de la escritura.
He escuchado muchas veces que esta es la cuidad de los sustos pero uno no lo entiende hasta que no lo vive, y eso es para todo en la vida. En la acera puedes vivir todo, hasta la muerte.

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