martes, 26 de julio de 2011

Panorama General de la Sociedad Civil en Elías Piña

Las organizaciones son un agrupamiento de personas reunidas con fines sociales y de producción, sometidas a reglas que preven su posición en la estructura de relaciones, encargadas de ejecutar tareas, insertadas en una pirámide de mando y en donde sus miembros están en libertad de abandonar la agrupación. Hay diferentes tipos de organizaciones sociales y diversas formas e instrumentos de análisis de estas. Este ensayo pretende caracterizar las OSC en esta provincia. No pretendo ni calificar ni promover o castigar estos instrumentos de participación social. Solo expongo mi parecer producto de más de 25 años de trabajo social vinculado a las “Asociaciones Sin Fines de Lucro”. Las comillas son mías.
El primer elemento que hay que analizar en las  organizaciones de la sociedad civil es la naturaleza de estas. El nombre, los objetivos, la misión, la visión y la membrecía dan una idea  de la  organización en estudio. El nombre define  la organización y la naturaleza de esta. Los objetivos plantean las aspiraciones institucionales e individuales de sus miembros. La misión explica la razón de ser de esta y la visión el desarrollo que esperan sus miembros en un tiempo determinado. En la provincia hay organizaciones de todos los niveles  y de naturalezas muy diversas. Hay una gran cantidad de organizaciones comunitarias de primer piso como son las asociaciones campesinas y las organizaciones barriales. Estas se aglutinan en organizaciones de segundo nivel denominadas juntas y federaciones. Otras categorías son las ONG, con incidencia local, provincial, nacional o internacional. En el nivel local y provincial hay más de cien ASFL registradas en la Dirección General de Fomento de estas, adscritas al Ministerio de Planificación y Desarrollo, algunas de las que han intervenido en el territorio de la provincia con  proyectos sociales, básicamente en el área de medio ambiente, salud y educación. Un número reducido de  estas OSC  recibe  financiamiento público y privado de forma intermitente por lo que su presencia en las comunidades y sus proyectos no son sostenibles. La precariedad  de financiamiento, la fragilidad y fragmentación de las ASFL de la provincia hace que sea creciente la incidencia de ONG nacionales e internacionales. Hay también organizaciones descentralizadas y para estatales que realizan intervenciones puntuales relacionadas a eventos de la naturaleza y a los feriados de Semana Santa y Navidad.
Una vez descrita la gama de organizaciones de la sociedad civil que realizan alguna actividad en Elías Piña, caracterizaré un poco la labor de estas en temas del desarrollo local.
La mayoría de las organizaciones comunitarias de base que hay en la provincia se constituyeron a partir del 1980 promovidas por el Movimiento Campesino Independiente (MCI) para los hombres y la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas (CONAMUCA) para mujeres. La politización temprana de estas hizo que muchas desaparecieran o perdieran el vigor que tenían hasta finales del siglo XX. Las que han sobre vivido o se han refundado funcionan precariamente y de forma tradicional, con profundas debilidades institucionales y con una matrícula con bajos niveles educativos y una edad promedio que ronda los 60 años. La comunidad más organizada de la provincia y donde las OCB han mostrado el mayor nivel de desarrollo es Sabana Mula. Las juntas de asociaciones presentan las mismas debilidades de las organizaciones comunitarias que las integran y terminan constituyéndose en entidades autónomas, con representaciones personales, no institucionales. Los llamados delegados actúan de forma independiente de la organización que los eligió como su representante, limitando su vinculación con la organización de origen al rendimiento de “informes” de lo tratado en la reunión, que no es más que el desarrollo de una agenda mecánica con los mismos puntos que han discutido hace diez años. El caso de las ONG es peor todavía. Estas se han convertido en un medio de subsistencia, una forma de vida, en todos los ámbitos y niveles. Las locales y provinciales tienen la particularidad de que están constituidas sobre una base patrimonial y familiar: el presidente, coordinador o director ejecutivo es el esposo, la tesorera, la esposa, la secretaria la hija, los vocales, los hermanos y los demás miembros guardan algún tipo de parentesco con la familia. La oficina es la casa de la familia, por tanto los gastos por servicios de la ONG y de la familia son los mismos. Las fundaciones no están constituidas sobre una base programática y de desarrollo por tanto no hay coincidencia entre una y otras y eso hace difícil la existencia de un escenario de coordinación y complementariedad, dado el carácter multidisciplinario de los recursos humanos que las conforman. Estas no tienen planes de desarrollo, más bien intervienen en acciones puntuales y por demanda. Generalmente están dirigidas por una o dos personas que deciden la marcha de la organización y  sus órganos de mando no se renuevan. Las debilidades institucionales, la falta de transparencia, la incapacidad de formar alianzas estratégicas y temáticas,  más la competencia desigual y, a veces, desleal hace las ONG locales inelegibles para optar por el financiamiento de proyectos con fondos de los organismos internacionales de cooperación. Ese hecho, junto al Terremoto de Haití, ha convertido a Elías Piña en un territorio atractivo para la incursión de ONG nacionales y extranjeras, sin ninguna base social en la provincia, sin vinculación con la comunidad y sin que se conozcan sus antecedentes. Muchas de estas, aprovechándose del letargo de las ONG locales, han conseguido financiamiento de grandes proyectos con la comunidad internacional. Lo triste del caso es que “ejecutan” proyectos  en Elías Piña y tienen las oficinas y todos los empleados en Santo Domingo o el Distrito Nacional y vienen aquí a eventos puntuales, sobre todo si se dan cuenta de que sus cofinanciadores estarán presentes. Las ONG internacionales tienen la particularidad de que cuentan con fondos propios, lo que las coloca en una posición de ventaja frente a las locales y las hace más competitivas al momento de presentar una propuesta que implique una inversión de contra partida considerable. Debo reconocer que algunas de esas organizaciones tienen oficinas en la provincia  y hacen un trabajo serio en favor del desarrollo local.
Es sorprendente la gran cantidad de proyectos financiados por la comunidad internacional para esta provincia que la población no sabe quién ni dónde lo ejecutan. Una acción responsable por parte de la comunidad internacional sería venir al territorio y validar con los beneficiarios las informaciones que les han suministrado sus socios o compartes.
 El órgano rector de las ASFL debe ser una entidad proactiva que de verdad regule y aplique las disposiciones relativas al rol que estas deben desempeñar en el desarrollo y la participación social. La Ley 122-05 sobre la materia es desconocida por la gran mayoría de asociaciones de la provincia.

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