En esta semana leí un escrito de César Medina en su columna habitual del Listín Diario dando cuenta de una carta
de una de sus asiduos lectores. Entre sus líneas encontré esta joya: “Fernández no se va del PLD, ni motivará una división. Al
contrario, nos confesó que en las reuniones con su equipo de trabajo se fomenta
la unidad, el respeto y la colaboración de todos para que el presidente Medina
continúe realizando un buen gobierno. Apuesta por el buen juicio y la unidad. Todo
su interés radica en promover una cultura de progreso, innovación en políticas
públicas, afianzamiento del Estado de derecho y seguridad jurídica, inversión
local y extranjera, en fin, un verdadero abanico integral de oportunidades para
nuestro país. “Solo lo veía por televisión y prensa desde la última campaña. No
ha perdido su encanto de caballero, generosidad y decencia. Eso sí, noté a un
Leonel diferente, relajado, confiado, decidido y frontal. Les confieso que me
cautivó nuevamente, y parece que al resto de los convocados también”.
En mi última
entrega por este medio escribí: “Para Leonel se presentan tres situaciones. La primera que
tiene que decidir es si por algún mecanismo Danilo Medina se decidiera a
habilitarse para el proceso venidero qué hará: ceder el paso o competir. Creo
que competirá y debe competir para sincerizar su espacio en el mercado
electoral dominicano, cuyos resultados le servirán para el próximo paso: apoyar
al vencedor en su organización política o enfrentar al candidato, al estilo de
Álvaro Uribe en Colombia o Rafael Correa en Ecuador. Aprendí muchas frases de
mi madre, una de las que más me encantan es la que reza así: “el chivo que
brinca se garrancha”. Otra decisión importante para Leonel es decidir si
valorar el posicionamiento de Margarita, su esposa, y apoyar una aspiración
suya a la Presidencia de la República y con ello podría evitar un
enfrentamiento duro entre su sector y el del presidente Medina, además de que
la población la vería a ella como una oferta más fresca. Y, por último, como
presidente del partido, ser un árbitro del proceso de selección del candidato
de la organización que dirige. Esta última posición es la más remota de las
tres porque es como pedirle a un gallero que no apueste a su gallo y nadie es
totalmente imparcial.”
Veo con preocupación voces alrededor de los dos
presidentes con un discurso encendido, como el atizador de las llamas de una
paila de arepa con la concha y el concón quemado, con un saco lleno
de tusas para verterlas sobre el burén.
Quienes así actúan tienen sus problemas
resueltos, les harán falta algunos privilegios pero podrán beber el vino que
quieran, volar a Dubái cuantas veces
deseen y pagar los estudios de sus hijos en Harvard o en Oxford. Su accionar
responde a íntimos intereses sin pensar en 350 mil empleados públicos, con más
de 15 años de servicio al Estado, que podrían perder su posibilidad de ganarse
una jubilación al completar lo que establece la Ley de Función Pública 41-08. Si, porque, aunque
muchos de esos servidores públicos ya son de carrera, aquí hay entidades y
administraciones políticas que ellos son la Ley, pero en oposición predican que aspiran a que se respete.
Y digo eso por mi experiencia. En el 1999
inicié mis estudios en Atención Primaria y eso me valió para que otra persona y
yo representásemos a la Región VI en un "Seminario Internacional sobre el Nuevo
Modelo de Atención”. En ese evento en Costa Rica participamos 7 personas
representando a la SESPAS, hoy Ministerio de Salud Pública. En el 2000 el PLD perdió
las elecciones y uno de mis compañeros de viaje pasó a dirigir el FONAP en la
nueva administración y a mí me eligieron miembro del Comité Técnico que evaluaría
las propuestas a nivel nacional para los sub-proyectos que presentaran las instituciones concursantes
para conformar y gestionar los Equipos de Salud Familiar (ESAF), luego UNAP,
hoy CPN.
Una vez fueron evaluadas las propuestas de las
ONG concursantes a nivel nacional e instalados los sub- proyectos fui
cancelado, pese a que tenía una designación por el Poder Ejecutivo. Se declaro
mi tarjeta incierta y con los fondos de ella se crearon dos nuevos empleos. Es de
justicia decir que recibí el reconocimiento de funcionarios de alta jerarquía
en el nivel regional y nacional. El ex secretario, Dr. José Rodríguez Soldevilla, me lo
explicó después con estas palabras: “Secundino, no
tuve alternativa, ellas y él me dijeron que no salían de mi despacho sin la
carta con tu cancelación, y como sabes soy un político y tengo aspiraciones”. Me lo dijo en presencia de un amigo suyo de esta localidad. Así fue, pese a que la carta, que conservo como parte de mi expediente, fue generada en presencia
de los solicitantes el día 20 de febrero del 2001 me fue entregada el día 5 de
marzo, y cuando se supo de la separación de mi puesto un sector del PLD hizo una
fiesta porque “ya todos estábamos igual”, cancelados.
Y nada garantiza que será diferente si por una cuestión
de luchas de sectores internos el PLD
pierde las elecciones del 2020. Soy un miembro del PLD, tengo 35 años de
militancia, la única que he tenido, el perfil de político que me gusta es el de
Leonel, valoro la brillante gestión del presidente Medina, me cautiva Margarita
pero, como no es posible tenerlos a los tres de presidentes a la vez, prefiero
un gobierno del PLD, es a lo único a que aspiro porque una nueva administración
morada me permitiría irme con tranquilidad a Hato Viejo a descansar, con una jubilación ganada
como servidor público en dos ministerios del Estado, en los que ya he trabajado
22 años, en el MINERD, y 20 años, en el MSP, sumados 4 años que laboré como docente voluntario en el proyecto de liceo para el que trabajo hoy día. Eso equivale a decir que he trabajado para el Estado desde los 6 años de edad.
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