En un escrito anterior sobre la gestión de riesgos respecto a los daños a la salud de la población en Elías Piña presenté los principales eventos adversos y los sectores más vulnerables y con mayores posibilidades de ser impactados por evento de la naturaleza o de origen antrópico.
En esa publicación, entre otras cosas, escribí:“La gestión de riesgos se define como planeamiento y aplicación de medidas orientadas a impedir o reducir los efectos provocados por eventos adversos, ya sean estos antrópico, naturales o por la combinación de ambos, sobre la población, los bienes, los servicios y el medio ambiente. Este tema es virgen en la provincia porque históricamente no ha sido abordado de manera científica, sino que las instituciones vinculadas al área de gestión de riesgos se activan en el momento que se produce un evento adverso al hombre. El riesgo es la probabilidad de que ocurra un daño a la vida, por lo que la existencia de una amenaza no significa un daño inminente. Los eventos de la naturaleza se convierten en desastres en la medida que producen daños a la vida y a la actividad humana, a sus bienes.
Un aspecto desfavorable es la morfología de los suelos, en su mayoría
arenosos y de superficie accidentada o irregular, favorables para los
deslizamientos de tierra y las prolongadas sequías. Además de que cada día la
deforestación y la degradación de los suelos es creciente por la ausencia de
acciones efectivas de las instituciones responsables del uso adecuado y
la preservación de los recursos naturales”.
Como se lee en el último párrafo del texto citado hay una mención de
algunos de los eventos adversos que ocasionan daños a la producción agrícola y
pecuaria, principal actividad económica de la provincia, y casi única de la
población rural. Este escrito pretende
abordar con mayor profundidad los riesgos a que se expone la producción
agrícola y pecuaria
Esos fenómenos o
eventos adversos también afectan la producción agrícola y animal.
La sequía es el
evento adverso que más daños ocasiona a la producción agrícola y pecuaria, como
consecuencia de la deforestación y la erosión de los suelos. Asociado a la
sequía están los incendios forestales que destruyen grandes extensiones de
bosques y matan distintas especies
animales. Los productores más afectados
son los que sus cultivos son estacionales por la carencia de sistemas de riego y
porque los predios son accidentados o irregulares, en las cordilleras sur,
central y norte que bordean la provincia. Los municipios más afectados por esos
eventos son en el bloque sur Hondo Valle y Juan Santiago y Bánica y Pedro
Santana en el bloque norte. El distrito municipal Sabana Cruz –Bánica- tiene un
canal con más de diez años colapsado.
Comendador y El Llano tienen sistemas de riego, sin embargo, grandes
extensiones de tierra al oeste de Comendador se cultivan en secano por la ausencia
de sistemas de riego. Esa ausencia de sistemas de riego es una paradoja frente
a la riqueza de recursos hídricos de la provincia. El río Caño, Caña o Macasías
nace en Hondo Valle, atraviesa a Juan Santiago, pasa por El Llano, cruza por
todo Comendador hasta confluir con el Artibonito en Dos Bocas, la última comunidad
al oeste de esta ciudad capital de la provincia. En ese trayecto la principal
fuente de agua de la provincia recibe unos 18 afluentes, entre ellos los ríos
Vallejuelo y Yacahueque. En bloque norte, integrado por Bánica y Pedro Santana,
está el río el Artibonito, que es dominicano hasta el puente de la carretera
internacional en la ciudad de Pedro Santana y a partir de ahí se convierte en
internacional, sirviendo de en línea divisoria entre República Dominicana y
Haití hasta Dos Bocas en Comendador. Como
afluentes importantes de este para el territorio dominicano están los ríos Tocino y Joca.
Es fácil
concluir que la ausencia de sistemas de riego y otras infraestructuras
productivas para el 80 % de los terrenos cultivables de la provincia no es por
falta de agua, ha faltado voluntad y lucha.
Los eventos hidrometereológicos provocan daños
importantes a la producción agrícola y pecuaria. Las tormentas y huracanes cada año ocasionan daños directos a las
plantaciones de plátanos, yuca, maíz, arroz, habichuelas, guandul, café y a la
crianza de animales en toda la provincia. Los daños a las plantaciones de café
son mayores en los municipios Hondo Valle, Juan Santiago, El Llano y Pedro Santana.
Los daños a los predios sembrados de
arroz se producen en mayor proporción en
Comendador y el Llano, con menor impacto
hay daños en predios de Juan Santiago y Bánica. La caída de las plantas
por el viento, las inundaciones son eventos comunes en toda la provincia, sin
embargo hay unas 30 comunidades a lo largo del lecho de los ríos que son arrasadas
por las crecidas de estos -Al estilo del conuco de Balbino Coronado en el
cuento “El río y su enemigo” de Juan Bosch-, que provocan pérdidas en la
agricultura y en la crianza de animales.
Las comunidades aisladas es otro riesgo al
que se exponen sectores productivos agrícolas y pecuarios de la provincia. El
colapso de la carretera El Cercado-Hondo Valle y de caminos municipales e
interparcelarios ha producido
aislamiento parcial y total de varios predios cultivados en comunidades como La Colonia, Los Caños,
Monte Mayor, del municipio Juan Santiago; por el colapso del puente sobre el río
Vallejuelo, en el Atico de la Colonia, El Cercado, y por la crecida del río
Caña. En Comendador unas 15 comunidades suelen quedar aisladas al oeste por el
colapso de la carretera El Carrizal- Macasías, en el tramo el Hueso en Pinzón,
lo que impide a los agricultores
transportar sus productos a los mercados locales y binacionales que se
realizan en el municipio. El mayor riesgo de aislamiento lo tienen los productores
de 33 comunidades de Pedro Santana, enclavadas en la Cordillera Central,
pertenecientes al distrito municipal Río Limpio. La carretera internacional es
la única forma de comunicación entre Pedro Santana y esas comunidades, la que
con frecuencia colapsa por deslizamientos de tierra, rocas, crecida del río Artibonito y conflictos
propios la condición de frontera con Haití. El puente sobre el Artibonito en
Pedro Santana y el de Guayajayuco
fueron impactados y colapsados
parcialmente con la crecida provocada por el huracán Noel en el 2007. La estructura
de ambos puentes se ha ido deteriorando de forma progresiva después de los
daños sufridos en su estructura y agravados por el paso de vehículos de carga.
El colapso por deslave en la carretera internacional puede ocurrir en cualquier
tramo debido a que el lado norte de
esta, que bordea la Cordillera Central y
que corresponde a la parte haitiana de
la carreta, tiene aluviones de tierra y
rocas sin ninguna obra de contención ni espacio para evadirlos en caso de
desprendimiento.
Los deslaves
pueden ocurrir por la lluvia y por un evento sísmico. Un terremoto pudiera
ocasionar daños a las infraestructuras productivas y de procesamientos de los
productos agrícolas y pecuarios, así como a los servicios y vías de comunicación.
La magnitud de los daños no se puede predecir en un ensayo como este porque
todos estamos expuestos y no se puede estimar la intensidad ni la escala del
evento.
Por último, las
plantaciones y la crianza de animales en Elías Piña están expuestas a eventos fitopatológicos y zoonosis por el patrón
nacional e importadas de Haití debido a nuestra condición de frontera terrestre abierta
sin tecnologías y laboratorios apropiados para detener la entrada de estas.